jueves, diciembre 14, 2017

UNA BIBLIOTECA EN EL BOSQUE

Muchas veces no sabemos disfrutar de lo que tenemos junto a nosotros, de la gran riqueza ecológica que nos rodea en nuestra propia casa, en nuestra ciudad, en nuestro entorno cercano.

Colmenar Viejo y Tres Cantos están ubicados en lugares privilegiados, donde la naturaleza es el factor importante en nuestras vidas y por supuesto en el conocimiento de la vida. El Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama nos espera a la vuelta de la esquina, en el recodo de nuestro domicilio. Solo unos pasos y ganas de disfrutar de las maravillas de nuestro ecosistema, separan la felicidad de andar por los bosques y veredas cercanas a nuestras ciudades, de respirar el aroma  del campo viendo a lo lejos los humos insanos de una ciudad como Madrid que padece la enfermedad de nuestra civilización, la contaminación aguda y las enfermedades y muertes que por desgracia conlleva nuestro desarrollo “civilizado”.

Pero además, gozamos de un gran pulmón, El Pardo, donde aves en peligro de extinción como el Buitre Negro y el Águila Imperial, campan a sus anchas. Además ambas localidades se encuentran en el mismo borde del Parque Regional de la Cuenca del Manzanares, la máxima protección que una Comunidad puede otorgar a un espacio natural y para acabar con esta explosión medioambiental, junto a Tres Cantos también se encuentra una Zona Especial de Protección de Aves, Soto de Viñuelas, con cañadas y veredas, vértebras de la riqueza que envuelve nuestro lugar de descanso.

Pero en el llamado Parque de los Alcornocales de Tres Cantos, la magia se mezcla con la fantasía y existe un camino llamado “la senda de Jaime” en honor a un tricantino que nos dejó amante de los árboles, amante de las plantas, de la vida, de la ilusión. Puso nombre a los árboles plantados, con preguntas y respuestas escondidas, que hacen del paseo por el sendero, sea un juego de acertijos y de búsquedas de mensajes apasionantes.

Cuando paseas por entre los árboles en este lugar mágico, parece como si te quisieran hablar, te dan la bienvenida y te agradecen que les admires. A cambio, ellos nos dan su energía positiva, su oxígeno, su silueta vigilante del camino. El canto del bosque a pocos metros del asfalto.

Pero lo más encantador de la senda de Jaime, es  llegar a un rincón idílico donde el viajero, el caminante, puede sentarse y en silencio o cantando, descubrir la biblioteca del bosque, una casita que parece el hogar del duende de la floresta, donde sus inquilinos son libros y folletos, donde antes de abrir la puerta te pone: “Coge y deja otro”, donde la cultura se mezcla con la naturaleza, donde el papel vuelve a la esencia del bosque y donde la ilusión de encontrar un libro que te guste, se abre todos los días para aquel que visita el sendero de Jaime.

Sentado en un banco de madera puesto por nuestro gran amigo Jaime, puedes abrir la puerta de la cultura, leer allí mismo, llevarte dejando otro libro, para que el próximo caminante pueda disfrutar igualmente de esa entrega gratuita que debe ser la cultura y la vida en la naturaleza.


Si tienes una tarde o una mañana con tiempo, si tienes unas horas para caminar, si buscas la aventura y el silencio, el estar unido a la naturaleza no lejos de casa, el encontrar tal vez tu sueño o simplemente observar una flor, el decir hola a otro caminante o llevarte un libro con un mensaje alentador o descansar bajo la sombra de una majestuosa encina que te espera; no dudes en pasear por el “Sendero de Jaime”, sentir como crecen los árboles y disfrutar de la única biblioteca del bosque que existe en la zona norte de Madrid y tal vez la única de España. Será un recuerdo inolvidable, una experiencia única y una aventura de las que no olvidarás jamás.


PEDRO POZAS TERRADOS (NEMO)




            

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