jueves, octubre 15, 2015

NUESTRA SALUD SECUESTRADA


Las enfermedades que atacan a nuestro cuerpo están producidas principalmente al mantener un entorno interior ácido que alimenta las enfermedades de muy variadas formas. Nos dicen que tenemos que tener una dieta sana. Pero lo que no nos dicen es donde encontrarla. Hoy por la pasividad de los gobiernos y del propio ciudadano, comemos alimentos envenenados con pesticidas, con productos químicos que han salido al mercado sin control, comiendo productos animales que se encuentran adulterados y cebados con pienso tratado que deja mucho que desear. Y nos ponemos enfermos a pesar de intentar llevar una alimentación correcta. Se olvidan decir que hay que tomar comida sana pero biológica. Claro, aquí cambia todo, hasta nuestros bolsillos. La comida biológica no está subvencionada por el Estado y no interesa. Tomando productos biológicos nuestro cuerpo siempre estaría alcalino y por consiguiente las enfermedades no aparecerían. Con ello muchos negocios se hundirían y no interesa. Eso sí, muchos jefes de Estado tienen sus propios huertos biológicos y de esta forma comen comida sana. Pero la biológica sólo está permitida para los ricos por tener un alto coste. Los pobres, aún sabiéndolo los jefes de estado y muchos ricos que sólo toman productos biológicos, sólo tenemos derecho a comer productos contaminados, es decir, a tener nuestro cuerpo ácido, abono para todo tipo de enfermedades. También nos topamos con la especulación de los productos biológicos por parte de muchos sectores que trabajan en este campo. Se aprovechan de la situación y elevan sus productos hasta límites abusivos, como un kilo de tomates a 5, 50 euros.

           
En una ocasión ya lo dije con claridad. ¿Porqué el Ministerio de sanidad no prohíbe el tabaco sabiendo que es veneno puro pues hasta en las cajetillas está regulado que el fumar mata? ¿No debe velar por la salud de las personas y lo mismo que prohíbe y persigue el consumo de marihuana, detener a los empresarios del tabaco por matar a seres humanos?. Claramente los intereses económicos están por encima de nuestra salud y los que tenían que protegerla, la han secuestrado mientras la sociedad se limita a callar.

            Por otro lado, a pesar de todo este atropello en el que los ricos pueden proteger su salud y los pobres contaminarse con productos alimenticios envenenados, existen una gran variedad de productos y tratamientos naturales para casi todas las enfermedades sin que tengan efectos secundarios y con altas posibilidades de cura. Pero de nuevo nos topamos con el sistema que quiere alimentar a unas industrias de la enfermedad sin que dejen al ciudadano elegir el tratamiento. La falta de información es ocultada haciendo que nos comportemos como borregos en una consulta médica.

         
   Muchos cánceres, muchas otras enfermedades se curarían con una sana alimentación y unos tratamientos no basados en la agresividad a nuestro cuerpo. Cuando tomamos un medicamento ¿Cuántos efectos secundarios nos ponen? Casi es mejor no leerlo porque de hacerlo, seguro que no lo tomaríamos. Muchos médicos juegan igualmente con nosotros, entrando en el sistema y mandando a miles de pacientes a Rayos-X por sistema de manera innecesaria, solo para estar seguros de un diagnóstico. Y no lo digo yo. Según la revista Discovery DSalud se calcula que entre un 40% de los TAC que se realizan en España (la prueba diagnóstica radiactiva más demandada) son absurdas. Ni médicos ni pacientes son conscientes que el TAC emite una radiación ionizante entre 150 y 1.100 veces superior a una radiografía convencional. Un problema grave ya que una sobreexposición puede provocar numerosas patologías, cáncer incluido. Y si se sabe esto…¿Por qué se consiente? Esto solo es una de las muchas barbaridades que se están cometiendo en nuestro sistema sanitario, en una medicina que debería modernizarse, no estar anclado en el pasado y actuar conjuntamente con terapias alternativas y productos naturales más eficaces que las pastillas. Según la Directora del Departamento de Diagnóstico por Imagen de la Clínica Ruber de Madrid, la radióloga Marina de la Fuente anuncia que “Las radiaciones ionizantes están ya consideradas por la Organización Mundial de la Salud como “agente cancerígeno”. 

           
Pero hay muchas más informaciones que nos ocultan. Los cereales, el pan y la pasta son muy dañinos  al igual que todos los carbohidratos refinados. Así lo explican sendos libros publicados en España por el nerurólogo David Perlmutter y el cardiólogo Villiam Davis. El Doctor T. Colin Cambpell nos dice que “La caseína de la leche es el carcinógeno más potente que existe”. Existen numerosos informes médicos  según informa Discovery DSalud que denuncian lo mismo pero de lo que los grandes medios de comunicación se abstienen  de informar para no poner en peligro las industrias lácteas. Existe un silencio cómplice del Ministerio de Sanidad  y de todas las Consejerías de Salud de las Comunidades Autónomas que lo conocen perfectamente y callan según las informaciones de esta revista. Para quien quiera investigar más sobre ello puede entrar en la siguiente dirección:

         
   ¿Por qué se ocultan todos estos estudios a la población general? ¿Qué intereses hay en la industria alimenticia para no decir la verdad respecto a lo que consumimos? ¿Por qué se permite el uso de pesticidas y la agricultura intensiva si después desembocan en enfermedades y alergias? ¿Por qué no demandamos una alimentación sana que provenga de cultivos biológicos? ¿Qué interés hay para que sigan envenenándonos? ¿Por qué los médicos callan a sabiendas de los que está ocurriendo? ¿Qué se estudia en la carrera de medicina? ¿Dónde están las terapias alternativas? Todo ello me hace sospechar que nuestra salud está secuestrada y se está llevando a cabo sistemáticamente tratamientos inadecuados que en nada o en poco están dirigidos a preservar nuestra salud. ¿Por qué las Asociaciones de Médicos no alertan a las Autoridades sanitarias sobre la gravedad de estas situaciones? ¿Cuántos miles de millones de euros se ahorraría la seguridad social si existiera una alimentación biológica? ¿Es que no saben que hay tratamientos naturales que pueden evitar las enfermedades crónicas?

         
   Y no lo digo yo. Lo dicen cientos de informes que son publicados en la Revista Discovery Salud que cualquier persona pueda comprar o bien visitar la infinidad de artículos y videos que están a disposición de los ciudadanos, médicos o autoridades sanitarias en www.dsalud.com, todos ellos firmados por médicos prestigiosos o recogidos de informes publicados en revistas científicas autorizadas. Si queremos estar informados para saber la verdad, es por el momento la única vía existente. Creo que nuestra salud y bienestar debería ser los objetivos de todos los Ministerios de Sanidad de los Estados. Pero parece ser que no es así y sabiendo que la población enferma por una alimentación insana, debería ser delictivo no poner fin a las prácticas abusivas de las industrias alimentarias y de otras que se benefician con las enfermedades.

            En Nicaragua aún siendo el segundo país más pobre de Latinoamérica nos da una gran lección en cuanto a la legislación sobre la salud de sus ciudadanos. El 18 de enero del 2012, salió publicado en el Diario Oficial de ese país, la Ley 774 sobre “Ley de Medicina Natural, terapias complementarias y productos naturales”, cuyo reglamento al desarrollo de la Ley se ha puesto en práctica el 29 de abril de 2014. En él se permite y se reconoce la medicina tradicional de los pueblos indígenas y las terapias y remedios naturales. Su artículo 5 es claro: “La población conforme al marco legal del país, tiene igual derecho al acceso y uso de la medicina natural, terapias complementarias y productos naturales, cómo al de las instituciones, establecimientos, servicios y programas de medicina convencional dentro del Sistema Nacional de Salud”. Es decir, un ciudadano puede optar con su aportación a la seguridad social, a la medicina natural, convencional o ambas según lo crea conveniente. Es más, las terapias como la talasoterapia (uso y beneficio del agua de mar), reflexología, reiki, ozonoterapia, homoepatía, hidroterapia, electroacupuntura, bioenergética, acupuntura entre otras, se encuentran permitidas dentro de la medicina y terapias naturales. ¿Cuándo tendremos nosotros esa Ley? ¿Cuándo seremos capaces de solicitar una medicina natural que sin lugar a dudas es más fuerte y eficaz que la que tenemos actualmente?.

          
  La propia Organización Mundial de la Salud ha publicado un documento en el que tras poner de manifiesto la importancia que en todo el mundo están adquiriendo las medicinas tradicionales, insta a los países de la Unión Europea sobre la necesidad no solo de que su ejercicio sea regulado por todos los gobiernos, sino de que se incorporen como hace años lo tiene Nicaragua, a los sistemas públicos de salud. Pero los gobiernos callan. Si fuera un beneficio para las multinacionales, enseguida estos mismos gobiernos habrían reaccionado en pocos días para beneficiarlas, pero como el beneficio es para los ciudadanos, los políticos callan, lo ocultan, secuestran nuestra salud. Estas directrices de la OMS están recogidas en el documento Estrategia de la OMS sobre Medicina Tradicional 2014-2023, donde se habla de disciplinas en las que la mayoría de los médicos no ha oído hablar porque en las facultades de medicina españolas se ignoran despreciando las propias recomendaciones de la OMS. De hecho como nos informa Discovery DSalud muchos médicos desconocen esta clara aseveración del documento de la OMS “la medicina tradicional y complementaria es una parte importante de la atención de salud que con frecuencia se subestima pero se practica ya en casi todos los países del mundo y la demanda va en aumento”. Otros médicos que si practican en consultas particulares la medicina natural, son despreciados por los mismos colegas y el propio entramado sanitario.  
        
            
Una vez más, el ciudadano tiene la palabra. Si calla y sus palabras son ahogadas por su desinformación, está entregando su bienestar a manos de un sistema que solo busca secuestrar nuestra salud y ser de por vida clientes del gran negocio de nuestra sociedad “la enfermedad”.


PEDRO POZAS TERRADOS (NEMO)



















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