lunes, noviembre 20, 2006

OTRO MUNDO ES POSIBLE

¿Otro mundo es posible? Voces contra la globalización. TVE LA DOS. Domingos indicados a las 22'00 horas.

Realizador y Director Carlos Estevez : (Mensaje enviado a Pedro Pozas por la felicitación por Voces contra la globalización:

Gracias por hacerme saber que estais ahi atentos a la emision de los
documentales. Los he hecho pensando en gente como vosotros. La primera
emision la han seguirdo mas de un millon de personas. ¿Y si resultara
que los grandes medios de comunicacion tambien sirven para conseguir un
mundo mejor? Saludos. Carlos Estevez.


Cada año cientos de miles de familias en todo el mundo se ven privadas de sus ingresos, cientos de miles de trabajadores son despedidos en unas edades en las que difícilmente pueden volver a ser insertados de nuevo en el mercado laboral, mientras que sus hijos ven como algo cticamente imposible encontrar un trabajo estable, dignamente remunerado y acorde con los derechos laborales que tuvieron sus padres.

Este panorama que es el que se da en los países mas desarrollados contrasta con los beneficios record que año tras año y sin el menor pudor declara la banca o las grandes empresas ultinacionales.

En el mundo menos desarrollado la situación es todavía peor. Allí la miseria impulsa a miles de personas a abandonar sus países y a buscar en la zona rica del mundo su medio de vida. Mano de obra barata y a menudo explotada que acude al llamado primer mundo en el que ya los derechos laborales se están perdiendo al margen del signo del gobierno que mande en cada país y con unos sindicatos devorados por esta dinámica.


PRÓXIMAS EMISIONES

El día 26 de noviembre, se emitirá a la misma hora, el tercer capítulo de la serie, EL MUNDO DE HOY.

Una visión crítica de lo que a diario vemos en la televisión a través de las noticias ya como un hecho normal. Que hay muertos en Irak ya no sorprende a nadie, las matanzas entre palestinos e israelíes tampoco. ¿Qué ha pasado en el mundo tras la caída del Muro de Berlín? Desaparecido el enemigo del comunismo, cuando ya parecía que el mundo caminaba hacia una era de paz en la que era posible abordar los grandes temas como el hambre y las grandes desigualdades comenzaron a escucharse las voces de los ideólogas del nuevo imperio proclamando el fina de las ideologías y la llamada guerra de civilizaciones señalando ahora hacia el mundo árabe-musulmán como el gran peligro para la paz mundial. A lo que más tarde se le llamó el Imperio del Mal.
Los grandes medios de comunicación en manos del las grandes industrias multinacionales, entre ellas las que fabrican las armas para la guerra o el petróleo, extienden el pensamiento único por el mundo y el miedo entre las poblaciones y comienza una gran cruzada de Occidente contra Oriente que obtiene toda su justificación el 11 de septiembre con el atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York.

Un nuevo siglo, marcado por el terrorismo internacional y las apetencias del Imperio marcan este mundo de hoy, definido por SAramago como la Edad de la Mentira, y que centra el contenido del documental en el que se pueden escuchar las voces críticas con esta forma de gobernar el mundo y ver fragmentos de lo que el cine y las televisiones nos ofrecen.
Premios Nóbel como José Saramago o Pérez Esquivel ; Premios Príncipe de Asturias como Fatema Mernisi o Giovanni Sartori; escritores como Eduardo Galeano; cineastas como Win Wenders; sociólogos, politólogos y filósofos de la talla de Sami Nair, Vidal Beneyto, Jean Ziegler, David Held,; escritores y periodistas como Ignacio Ramonet, Amy Goodman; expertos y profesores en las voces de Carlos Taibo, Jaime Botey, Ramón Fernández Durán; músicos como Manu Chao; religiosos como Francois Houtart o el obispo Pedro Casaldáliga; humanistas como Federico Mayor Zaragoza; economista de la categoría de Jeremy Rifkin; autores como Susan George, vicepresidenta de ATTAC; Maria Jose Fariñas, Tony Negri; nombres como el de Vitorio Agnoletto , Domingo Jimenez o José Bove, son algunas de las voces de estos capítulos documentales en una serie hasta ahora desconocida en cualquier televisión que se atreve a reunir a voces cualificadas y representativas evidentemente críticas con el fenómeno de la globalización para ofrecer por vez primera a todo aquel público ya alejado de los grandes medios de comunicación una ventana de discrepancia con los grandes poderes que dominan el mundo de hoy.

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El día 3 de diciembre estará en antena del cuarto documental UN MUNDO DESIGUAL, que analiza las grandes pandemias del mundo, la pobreza en las grandes urbes, los continentes "desahuciados "el individualismo social, la sociedad el bienestar y el consumo desenfrenado en una sociedad en la que el individuo solo tiene valor en cuanto consume y en la que el ciudadano y la protección pública ha quedado relegado a un segundo plano.

¿Qué hacen aquellos hombres y mujeres, países o continentes que no tienen los medios para consumir? Morirse de hambre o de enfermedades ya que ni siquiera pueden enfrentar las grandes enfermedades como el Sida o la malaria ya que las grandes empresas multinacionales, con sus patentes, evitan que los precios de las medicinas estén a su alcance. Antes los beneficios que el salvar vidas. Mientras tanto tan solo en cosméticos el mundo civilizado gasta más que lo que se necesita para eliminar los sufrimientos del mundo. ¿Es este el mundo que queremos crear, el que van a heredar nuestros hijos y nuestros nietos? A estas y otras cuestiones responde este programa.

Aquí la emisión se interrumpe hasta el próximo mes de enero en el que los días 7,14 y 21 están previstas las emisiones de los tres documentales que cierran la serie.

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El día 7 de enero un impresionante documento que hará pensar si merece la pena esta vida basada en el consumo sin freno de unos y que lleva a la perdida de la biodiversidad en le planeta, al calentamiento global y a la catástrofe. Se llama CAMINO DE LA EXTINCIÓN. En este documental otras voces se unen a las ya conocidas , como son las de científicos, biólogos y expertos medioambientales de la talla del británico Thomas Lovejoy, el llamado padre de la biodiversidad, James Lovelock, el francés Jean Malaury, los españoles Miguel Delibes, Antonio Quesada , Pedrós-Alió, Juan Manuel Moreno o Domingo Jiménez, el italiano Giovanni Sartori, el estadounidense, Jeremy Rifkin; Susan George, Manu Chao, Carlos Taibo, Eduardo Galeano, Mayor Zaragoza, David Held, Jean Ziegler.

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El día 14 de enero en LA LARGA NOCHE DE LOS 500 AÑOS se habla de la propiedad de la tierra, la cultura de los pueblos, las privatizaciones de casi todo y los principios del libre comercio contra los que se levantan los zapatistas en México con el subcomandante Marcos que analiza las causas de esta globalización, junto a indígenas de los movimientos de el Ecuador, de Brasil etc. Y los movimientos contra la política neoliberal en Latinoamérica de la mano de Hugo Chavez, Evo Morales y otros nuevos dirigentes que intentan oponerse a la marea liberalizadora que curiosamente a través de los subsidios ahoga la economía de muchos países llevándolos a la pobreza y a la miseria.

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Y, por fin, el día 24 de enero, el último documental de la serie, EL SIGLO DE LA GENTE, una reflexión acerca de lo que son las redes y los movimientos altermundialización en todo el mundo, los caminos para intentar cambiar el rumbo de las cosas y la necesidad de realizar cambios a nivel local como forma de oposición frente al poder global.

Pedro Pozas Terrados

EL ORGULLO ECOLOGISTA

Os recreo esta vez, con unas palabras profundas, sinceras, que tocan la fibra de tu alma y te hace sentirte un/a guerrer@ del arco iris, un/a luchador@ por la Paz Verde.


Heraldo de Aragón
6 Junio 2006

Para la mayor parte de los ciudadanos el Día Mundial del Medio Ambiente suele ser identificado como el día de las “historias de los ecologistas”; esa fecha del calendario en la que los gobiernos, las instituciones y los medios dedican una atención protocolaria al tema, como tratando de justificar una sensibilidad, a modo de una pretendida moral del progreso.

En mi vida universitaria he tenido ocasión de pronunciar más de trescientas conferencias en los más variopintos foros, desde humildes Centros Escolares hasta Reales Academias; desde círculos de la tercera edad hasta Ilustres Colegios de Ingenieros, pasando por una amplia gama de facultades de la casi totalidad de las universidades españolas. Ese periplo me ha permitido salir de las limitaciones del saber
fenomenológico y del academicismo de la hidrología científica, para meterme en un
mundo más intelectual, capaz de preguntarse para qué sirven el saber si no es para contribuir a la construcción de una sociedad mejor, más armoniosamente feliz, más espiritual. Me ha permitido sentir y entender la grandiosidad de las funciones que desempeña el agua en la naturaleza, deshacer tópicos, comprender la singular vinculación de la psique humana con los ríos, y pedir que las planificaciones hidrológicas dejen de ser simples operaciones de alta fontanería.

Reclamar un mínimo de respeto para los valores metafísicos del agua o del medio natural, pediendo la preservación de determinados tramos de ríos como patrimonios de cultura y memoria que son, o como elementos de la personalidad de los territorios por los que discurren, en medio de una percepción social dominada por la idea del aprovechamiento del agua,… supone el riesgo de ser etiquetado de “ecologista”, de quedar identificado como un individuo indeseable, desaseado, fundamentalista, enemigo del progreso, anárquico, vago, vegetariano, sperantista,..y predicador del amor libre y, por tanto, desautorizado de entrada. A lo largo de esa experiencia extraacadémica , que me permitió definir un día lo que desde entonces llamé “la Nueva Cultura del Agua”, he procurado casi siempre curarme en salud, manifestando, antes de ser etiquetado un
“yo no soy ecologista”.

Hoy, desde mi compromiso personal, digo en voz alta y con orgullo que soy ecologista, y que ese socorrido cliché nada tiene que ver con la realidad del mensaje del mundo ecologista (conservacionista, para ser semánticamente más correcto) en el que “militan” gentes muy versadas y onestas: científicos, filósofos, economistas, escritores,
teólogos, sociólogos, educadores o empresarios, gentes que desde el compromiso personal y la perseverancia de su esfuerzo generoso no cesan de denunciar la dinámica
de la insostenibilidad, el vandalismo cultural, el desarraigo, la pérdida de identidades y de espiritualidad, y la huida hacia delante de un modelo de falso progreso que nos ha
atrapado a todos. En medio de una sociedad egoísta, en la que apenas queda ya espacio para el altruismo, el movimiento ecologista es un soplo de generosidad.

Desde una dimensión metafísica, el llamado ecologismo se ha ido convirtiendo en la
voz de una mala conciencia colectiva que reclama el respeto a la “creación”, entendida
como una manifestación de la suprema y misteriosa armonía que rige el universo, que el
ser humano necesita no sólo como simple elemento de placer estético sino para sentir
que su propia vida forma parte de ese cosmo de armonía; algo que para muchos acaba
incluso siendo un camino que les acerca a la comprensión de lo Absoluto, a una
dimensión espiritual y trascendente de su vida.

En la sensibilidad del ecologista hay, en general, una buena dosis de espiritualidad
franciscana, de fraternidad, de ecumenismo y de amor; es una llamada a la reflexión y a
la responsabilidad; es un recordatorio de la dimensión metafísica del ser humano, y una
esperanza de redención frente a un modelo de progreso que no es sino vandalismo. Es el
intento de rescatar, desde la sabia ponderación, un mundo de valores en vías de
extinción.

El mundo ecologista representa un sentido altruista de la vida en la medida que sus
gentes dedican buena parte de su tiempo y el de su familia a despertar a la sociedad de
su indolencia; es parte activa de la lucha por los derechos de los desheredados, de los
desarraigados y los expoliados. Defiende el derecho de los niños a ser educados en un
mundo de valores y en las emociones espirituales.

Desde el punto de vista de la moral cristiana el ecologista encarna con frecuencia
virtudes sublimes como el desprendimiento de las cosas, la pobreza, la generosidad y la
comunión evangélica. Frente a la moral vacía del consumismo dominante lleva en sí
mismo un cierto mensaje de ascetismo como filosofía de vida. Hoy es un buen día para
romper viejos clichés, despertar conciencias y proclamar “el orgullo ecologista” desde
una concepción holística del ser humano.

Fco. Javier Martínez Gil
Catedrático de Hidrogeología
Universidad de Zaragoza